miércoles, 18 de mayo de 2011

SHUNRYU SUZUKI ROSHI (18 de mayo 1904 - 4 de diciembe 1971)





En el día de su aniversario, 18 de mayo.

MENTE DE PRINCIPIANTE...
LAS COSAS TAL COMO ES...
NO SIEMPRE SERA ASI...
TAMBIEN...
PROPENSO A...
QUIZAS...

¡¡¡Gracias!!!

GASSHO
SAMPAI

viernes, 15 de abril de 2011

“HORIZONTALIZAR EL MASTIL DEL EGO”


Bassui Tokusho (1327-1408) monje zen japonés que acuñó esta expresión, se refería a la reverencia frente al Buda antes de comenzar los ejercicios. La reverencia, del latín reverentĭa, es el respeto o veneración que tiene alguien a otra persona o bien es la inclinación del cuerpo en señal de respeto o veneración. Puede tomarse como un gesto de venia, inclinación, genuflexión, saludo o cortesía. El acto de reverenciar es respetar en sumo grado a alguien o algo por lo que representa o recuerda. 

Uno de los gestos utilizados para reverenciar en la tradición zen es la acción de gassho. Gassho es una palabra japonesa cuyo significado es "las palmas de las manos juntas" o "manos que se juntan". Es una antigua expresión de saludo, petición, gratitud, respeto, humildad, reverencia, veneración o súplica. Se ejecuta llevando las palmas abiertas juntas al pecho, o un poco más arriba por debajo de la barbilla, debajo de la nariz, o sobre la cabeza. Este gesto es un mudra, una posición simbólica de las manos. 

El hecho de que las dos manos, como expresión de dualidad, estén juntas simboliza  “una sola mente”, la unidad de todos los seres. La persona que hace el gesto de unir las dos manos está intentando eliminar sus diferencias con otros, y se conecta con la persona a la que reverencia. La posición de las manos tiene repercusiones en la neurofisiología cerebral. La mano derecha está en relación con el mundo conceptual, racional y analítico mientras que la mano izquierda corresponde al mundo de la intuición, simbólico y de la fantasía. Las manos juntas en gassho hacen realidad la unidad entre el ego y el cosmos, entre lo material y lo espiritual, se genera una integración de opuestos. La inclinación hacia adelante que acompaña este gesto simboliza entrega, disponibilidad, amor y respeto.

Otra forma gestual de reverencia utilizada en la tradición zen es la postración. La misma cobra gestualidad en el gesto ritual llamado “sampai”. El kanji japonés que designa "sanpai" está formado por dos ideogramas: "san", que en japonés representa al número tres; y "pai", o "hai", que denota adoración o devoción y que en Occidente suele traducirse como "postración", en el sentido de "acto devocional". Por lo tanto, "sanpai" viene a traducirse como "tres actos devocionales" o "tres postraciones".

En la práctica, suelen realizarse tres postraciones en diferentes momentos de las ceremonias, de ahí el ideograma "san" que figura al principio del término; aunque, en algunos casos, también puede realizarse en número diferente, colocándose entonces delante de la partícula "pai", o "hai", el correspondiente prefijo indicativo del número de postraciones. Haciendo sanpai hacemos descender la parte más alta y digna de nuestro cuerpo, la cabeza, y dejamos que tome contacto con la tierra. Situamos nuestra parte más alta al nivel de la tierra, dejando al descubierto uno de nuestros puntos más débiles, la nuca (Carmelo Toledo, publicado en Zendo Digital, Nueva época Nº 12 Octubre, Diciembre 2006).

La postración, del latín prostratĭo, -ōnis, es la acción y efecto de postrar o postrarse. También abatimiento por enfermedad o aflicción. Postrar, del latín prostrāre, se refiere a rendir, humillar o derribar algo; enflaquecer, debilitar, quitar el vigor y fuerzas a alguien; arrodillarse o ponerse a los pies de alguien, humillándose o en señal de respeto, veneración o ruego.

Tanto el gassho como la práctica de la postración, como evidencia directa de la horizontalización del mástil del ego”, son gestos donde la estructura del yo, puede en el instante de conectarse con el horizonte, tumbar, desplomar y derribar las construcciones ilusorias que el entramado ficticio de nuestra personalidad genera. Se integra el momento eterno con el espacio sagrado, en un acto de vacuidad que resuena en todo el universo. El ego se refleja en el no-ego, en una entrega de reverencia disolutoria absoluta para que el ser realice su impermanencia y devele la realidad tal cual es. Lo que así viene se plasma en un encuentro totalizador de disponibilidad, gratitud y humildad.







miércoles, 30 de marzo de 2011

NADA SIRVE PARA TODO o TODO SIRVE PARA NADA

Hakuin Ekaku (1686-1769)
En el desconcierto pleno de la realidad que creemos vivir aparecen ciertas certidumbres transitorias que pueden ser reveladoras de que el ser se realiza de nimiedades. 

Nada, por definición, el no ser, la carencia o ausencia absoluta de todo ser, una cosa mínima o de muy escasa entidad, ninguna cosa, negación absoluta de las cosas, cero, nadie, etc., parecería generar o producir un estado absoluto de desolación. ¿Es qué nada sirve para todo? ¿Es qué todo sirve para nada?

Posibles respuestas a esta paradoja:     
                                                                   
- Es a partir de ese vacío, de aquello que está vacante, disponible, donde se habita la oquedad plena de lo cóncavo, que se puede establecer la paradoja de los límites del ser. Lo inconmensurable, la infinita posibilidad de devenir, del deve-ser, transforma el hueco en refugio, donde el Adán que reside en la nada es capaz de insuflar de tiempo lo inasible y hacer completo, entero, íntegro, intacto, absoluto, la máxima manifestación de lo insignificante. 
- Al romper la dicotomía del universo dual ilusorio surge la tonada que rima con el silencio del amanecer: en el pozo de la luz es donde los nombres se desnombran, los acantilados se desabisman, las fugacidades se eternizan y los fuegos se desabruman. 
- La palabra nada, continente del adn-vida como ejemplo de las ambigüedades del lenguaje, sólo representa una forma contingente y provisional de referenciar el recipiente de todo, lugar incondicional donde se reflejan las apariencias de lo efímero.


viernes, 11 de febrero de 2011

CARTAS DEL VACIO

"No recibimos cartas del mundo del vacío, pero cuando vemos una flor, cuando oímos el sonido del bambú golpeado por una piedrecita, esto es una carta del mundo del vacío" Shunryu Suzuki



Es efímera
la burbuja eterna
sin ilusión



La luna clara
se refleja por ahí
canta el mirlo



Estalló el ego
bajo mis pies
camino sin cabeza






Pinturas de Sesshū Tōyō 雪舟等楊, conocido también como Sesshū; nació en la provincia de Bichū, 1420-1506. Fue uno de los principales expositores del suibokuga (pintura con tinta) y monje budista zen. Es considerado uno de los maestros de la pintura japonesa.